Felicitamos al grupo que realizó la capacitación de
Rescate en Altura.
Finalizado el Curso los participantes son capaces de :
- Reconocer los riesgos en una tarea de Rescate.
- Conocer y aplicar las fases Tácticas de un Rescate, en altura y/o en
Profundidad.
- Conocer y aplicar de manera efectiva los Perímetros de Seguridad en un
Operativo de Rescate.
- Adquirir conocimientos sobre cuidados y resistencia de materiales
homologados que se utilizan en la actualidad.
- Conocer las Legislaciones y Normas Internacionales, inherentes a los
ensayos y certificaciones que se aplican en la especialidad.
- Adquirir conocimientos sobre los equipamientos necesarios para la
formación de una Brigada de Rescate.
- Aplicar técnicas de rescate de personas en situaciones de incidentes
en altura (armado de sistemas).
- Conocer y aplicar técnicas de corte de Cuerdas en un Rescate con
víctima suspendida en altura.
- Conocer conceptos útiles sobre el denominado “Síndrome del Arnés.”
- Aplicar técnicas de progresión y fraccionamientos de cuerdas.
- Conocer y aplicar sistemas avanzados de Anclajes, para situaciones de
Rescate a gran escala.
- Ejecutar descensos asistidos de víctima en suspensión.
- Mantener y cuidar la vida útil de los elementos de rescate, colectivos
e individuales.
- Conocer y aplicar sistemas de Polipastos para izajes de Personas y/o
equipos.
Todo parece indicar que el 25 de mayo de 1810 amaneció lluvioso y
frío. Pero la “sensación térmica” de la gente era otra. Grupos de
vecinos y milicianos encabezados por Domingo French y Antonio Beruti se
fueron juntando frente al cabildo a la espera de definiciones. Algunos
llevaban en sus pechos cintitas azules y blancas, que eran los colores
que los patricios habían usado durante las invasiones inglesas.
Pasaban las horas, hacía frío, llovía y continuaban las discusiones.
El cabildo había convocado a los jefes militares y estos le hicieron
saber al cuerpo a través de Saavedra que no podían mantener en el poder a
la Junta del 24 porque corrían riesgos personales porque sus tropas no
les responderían. La mayoría de la gente se fue yendo a sus casas y el
síndico del Cabildo salió al balcón y preguntó “¿Dónde está el pueblo?”.
En esos momentos Antonio Luis Beruti irrumpió en la sala capitular
seguido de algunos infernales y dijo “Señores del Cabildo: esto ya pasa
de juguete; no estamos en circunstancias de que ustedes se burlen de
nosotros con sandeces, Si hasta ahora hemos procedido con prudencia, ha
sido para evitar desastres y efusión de sangre. El pueblo, en cuyo
nombre hablamos, está armado en los cuarteles y una gran parte del
vecindario espera en otras partes la voz para venir aquí. ¿Quieren
ustedes verlo? Toque la campana y si es que no tiene badajo nosotros
tocaremos generala y verán ustedes la cara de ese pueblo, cuya presencia
echan de menos. ¡Sí o no! Pronto, señores decirlo ahora mismo, porque
no estamos dispuestos a sufrir demoras y engaños; pero, si volvemos con
las armas en la mano, no responderemos de nada.” Poco después se anunció
finalmente que se había formado una nueva junta de gobierno .El
presidente era Cornelio Saavedra; los doctores Mariano Moreno y Juan
José Paso, eran sus secretarios; fueron designados seis vocales: Manuel
Belgrano, Juan José Castelli, el militar Miguel de Azcuénaga, el
sacerdote Manuel Alberti y los comerciantes Juan Larrea y Domingo
Matheu.
Ese 25 de mayo de 1810 dijo Mariano Moreno:
“La variación presente no debe limitarse a suplantar a los
funcionarios públicos e imitar su corrupción y su indolencia. Es
necesario destruir los abusos de la administración, desplegar una
actividad que hasta ahora no se ha conocido, promover el remedio de los
males que afligen al Estado, excitar y dirigir el espíritu público,
educar al pueblo, destruir o contener a sus enemigos y dar nueva vida a
las provincias. Si el gobierno huye el trabajo; si sigue las huellas de
sus predecesores, conservando la alianza con la corrupción y el
desorden, hará traición a las justas esperanzas del pueblo y llegará a
ser indigno de los altos destinos que se han encomendado en sus manos.
Es preciso pues emprender un nuevo camino en que, lejos de hallarse
alguna senda, será necesario practicarla por entre los obstáculos que el
despotismo, la venalidad y las preocupaciones han amontonado por siglos
ante los progresos de la felicidad de este continente. Después que la
nueva autoridad haya escapado a los ataques, a que se verá expuesta por
sólo la calidad de ser nueva, tendrá que sufrir los de las pasiones,
intereses e inconstancias de los mismos que ahora fomentan la reforma.”
Juan Bautista Alberdi pone en boca del entusiasta Antonio Beruti
estas palabras: “Compatriotas: En nombre del entusiasmo que abrasa mis
entrañas, y del calor de los valientes que he tenido el honor de
presidir en esta jornada inmortal, yo me tomo la misión de decretar que
nadie pegue sus ojos en esta noche de gloria: el pueblo que duerme
impasible el día que ha roto sus cadenas y no se enloquece, y no se
embriaga, y no se enajena y perece de gusto, es un pueblo indigno y
frío, que no tardará en volver a ser esclavo. Yo decreto, señores, a
nombre del honor de ustedes mismos, que durante las horas memorables de
toda esta noche, resuene un cántico continuo y universal al Dios que ha
roto nuestras cadenas.”
Comenzaba una nueva etapa de nuestra historia. Texto por Felipe Pigna Fuente:http://www.encontrarse.com/notas/pvernota.php3?nnota=40754